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BLOGATÓN: Violeta Parra

Este lunes se cumplen 40 años de la muerte de Violeta Parra. Como es habitual, a la hora de los homenajes y los recuerdos somos unos ineptos. Trato de pensar que no es falta de cariño. Nos pegaron tan fuerte en la cabezota que todavía nos cuesta acordarnos de ciertas cosas.

Como de Violeta Parra.

Pero aún es tiempo. Y por eso quiero convocar a esta blogatón. Una blogatón es una maratón de blogs en la que el mayor número de personas posibles deciden escribir en su blog sobre un mismo tema. Si lo hacen , me avisan en los comentarios y reuniré los links aquí mismito. Pueden hablar de Oña Violeta desde cualquier perspectiva, en cuanto lo dicho sea, digamos, un aporte (y no solo un «Viva Violeta. Guau»).

La convocatoria de la BLOGATON estará abierta hasta el 15 de febrero, y luego volveré a abrirla en OCTUBRE, para la celebración de los noventa años de su nacimiento.

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Para mí Violeta Parra sigue siendo un misterio: mezcla de madre campesina y rockera contestataria, mujer intensa y sensible, gigante y pequeña y maldita. Es interesante observar cómo todo el mundo se rindió y se sigue rindiendo embobado ante su figura, su poesía, sus construcciones melódicas que siguen vivas y se siguen escuchando modernas.

En el cine, Violeta Parra colaboró con el documentalista Sergio Bravo. De acuerdo a lo que recoge Marcia Orell en su libro de entrevistas «Las fuentes del cine latinoamericano» (Editorial PUCV, 2006), Violeta Parra hizo una tonada para musicalizar la restauración que hiciera Bravo (en 1959) de «El húsar de la muerte» de Pedro Sienna. Aunque finalmente esa música no se ocupó, la colaboración con Bravo está viva desde su primera película, «Mimbre» (1957, que retrata bellamente las labores de un artesano popular llamado Manzanito) y continúa en «Trilla» (1962, filmada en Canquihue, cerca de Concepción) y «Casamiento de negros» (1962, sobre las cerámicas de Quinchamalí, y en la que es la primera vez que Oña Violeta sale en cámara). Según entrevista Jacqueline Mouesca a Bravo en su libro «Plano secuencia de la memoria de Chile» (1960-1985), la colaboración entre la cantante y el director «utilizó la técnica del cine mudo»:

A Manzanito -dice Bravo- lo ibamos descubriendo mientras filmábamos las figuras prodigiosas que tejía en mimbre, y Violeta comentaba su trabajo con la guitarra.

Las pocas imágenes de Violeta Parra que se conocen están en un documental de la televisión suiza, hecho cuando visitó ese país con sus arpilleras («Violeta Parra de Chile», 1965). Ahí se la ve cantando, tejiendo sus arpilleras, y hasta bailando una cueca sola. Conversa con su entrevistadora en fluido francés. Partes de esas secuencias aparecen el documental «Viola chilensis» de Luis Vera (2005).

Y está esta rareza, por llamarla de alguna manera. El mayor documentalista cubano de la revolución, Santiago Alvarez, no pudo quedarse impávido ante el derrocamiento de Allende en 1973, e hizo un pequeño documental musical de 16 minutos llamado «El tigre saltó y mató, pero morirá… morirá» (me preguntó que otros títulos alternativos debió tener Álvarez en carpeta antes de elegir este). El documental es del mismo 1973, y el tigre al que hace referencia Alvarez es Pinochet (la historia sería testigo de que Pinochet moriría recién en el 2006… 8 años después que el mismo Alvarez). El trabajo es, según dice la misma película, un «relato en cuatro canciones como homenaje a las víctimas del sadismo fascista que las Fuerzas Armadas y la CIA vienen perpetrando en Chile desde el 11 de septiembre de 1973». Las cuatro canciones son tres de Víctor Jara y una de Violeta Parra, que es la que les presento a continuación: «Qué dirá el Santo Padre», que aparece en su álbum «Recordardo a Chile» de 1965. (Si se interesan, pueden ver el documental completo en dos partes: aquí y aquí).

Veo estas imágenes, escucho estas letras proféticas, y llámenme frívolo, pero no dejo de pensar que esta señora sí que sabía lo que era el rock.

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Lee lo que tienen que decir los participantes de esta blogatón:

  • Gerardo Espíndola, desde Arica, es el primero en llegar a esta fiesta y dice: «Escucho La Carta y levanto el puño; escucho el Rin del Angelito y me recojo.».
  • Chamila Rodríguez hace un vínculo entre On Raúl y Oña Violeta.
  • Rodrigo Olavarría presenta recortes de prensa, discos completos, entrevistas inéditas y otros impresionantes materiales obtenidos de coleccionistas varios.
  • Según Freddy, Violeta era «humilde, pero estaba un poco ida». Y encuentra un video en You Tube del documental suizo que yo no encontré.
  • María Petraglia desde Buenos Aires se pregunta cómo una misma persona pudo escribir dos canciones tan opuestas como «Gracias a la vida» y «Maldigo el alto cielo»
  • Marisol García no escribe en su blog, pero me autoriza a anotar en esta blogatón un artículo suyo publicado en La Nación Domingo donde nos recuerda «la esencia de la, a veces, incomprensible difusión de su talento: afectuosa y agradecida entre anónimos seguidores, y fría y medida desde el mundo cultural oficial«. Luego, en su blog, nos recuerda que su disco «Las últimas composiciones», publicado tres meses antes de su muerte, es sin problemas el mejor disco de la historia de la música popular chilena.
  • El überbloggerRoberto Arancibia también se anota en la cruzada y la primera palabra que ocupa para describirla es «incansable». Sí que lo era.
  • Sergio Cancino nos cuenta como Oña Violeta se tomará todos los programas de radio Concierto este lunes 5. Y luego habla de otras cosas…
  • Simon Mazzet hace mención de quienes han mantenido viva su obra.
  • Mauricio Peñaloza recuerda cómo se la presentó su madre: «Era una cantante que se murió por una pena de amor».
  • Boris describe con precisión cómo «Gracias a la vida» se transformó en un himno de los Derechos Humanos en Chile.
  • Sus canciones más bellas, según VerónicaBas, «están llenas de tristeza, melancolía y de rabia».
  • «Después de 40 años la música y el arte de Violeta Parra permanecen entre nosotros» comparte Claudia Bazán desde Rosario, Argentina.
  • Araceli Casanova, desde Santa Cruz, Colchagua: «Se fue a buscar nuevos elementos para hacer telares».
  • «Recopiló más de 3000 canciones chilenas» anota Paula Acciarressi.
  • Fernando Obregón Rossi desde Lima, Perú, reúne video de You Tube con algunos covers de sus temas.
  • Barbaraza se siente culpable de no haber estado al tanto de esta fecha.
  • Horacio Garay destaca «la valentía que tuvo al dar el primer paso en la creación de identidad en un contexto poco sosegado para toda Latinoamerica».
  • Eugenia Prado recuerda la potente letra de «Maldigo del Alto Cielo».
  • Natalia del Campo no puede evitar comparar la vida de Violeta con la de Gabriela Mistral, de quien se cumplieron 50 años de su muerte hace un par de semanas.
  • Pablo Solís: «Para los Parra podrá ser triste, (pero) hoy para mí y supongo que para muchos más fue un día lindo».
  • Javier Sanfeliú aclara que a «nosotros como generación nos toca reconstruir la memoria». De ahí somos.
  • Fabio Power se pone melancólico y recuerda un disco de Violeta, pipeño, una alemana y una paliza que recibió en Talca. Creo que en ese orden.
  • Gonzalo Montecinos habla de Violeta Parra como «una mezcla rara entre melancolía, autenticidad, folclore y rock».
  • Desde Pitrufkén, en el blog del programa «En todas las esquinas» de radio Universal, Adolfo Venegas hace un sentido resumen de su biografía y descubre algo más que no sabía: que Violeta llegó a las radios a partir de un recital en la casa de Pablo Neruda en 1953.
  • Carmela, maestra de Reiki de Ñuñoa, rescata la «Defensa de Violeta Parra» escrita por su hermano Nicanor.
  • Julia Ardón de San José, Costa Rica, recopila una nota biográfica en Página 12.
  • Julio ‘Malayo’ Carrasco recuerda cuando junto a Los Muebles celebraron su cumpleaños en el 2004.
  • Margarida V, desde Portugal, también hace su panegírico (en portugués).
  • Valericio sube «La jardinera» a su blog.
  • Casi igual de minimalista es Jorge Enrique Díaz Pérez.
  • Desde Zancada, Paty Leiva también se pregunta por los dos extremos de su carrera: «Gracias a la vida» y «Maldigo del alto cielo».
  • Gabriel Medrano trata de entender el dolor detrás de «Corazón maldito», y las líneas llegan hasta Kurt Cobain.
  • José Nova se pregunta por las razones de su suicidio.
  • Cienfuegos rescata la hermandad, «ese pandillaje luminoso» que reunió a los talentos que reunió en los sesentas.
  • Rodrigo Meza es otro de los que agradece la recopilación parriana de Rodrigo Olavarría.
  • Roxi: «‘La Jardinera’ es un llamado a reconciliarse con la vida, a armonizar, a amar, a equilibrar las emociones, por difícil que sea, y todo a través del contacto con la naturaleza».
  • Javier Osorio recuerda una reveladora anécdota de Patricio Manns y la Señora en un avión con desperfectos mecánicos en pleno 1966.

ACTUALIZADO A LAS 18:02 HRS DEL VIERNES 9 DE FEBRERO DE 2007.

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